sábado, 4 de julio de 2009

De Despotismo, nomadismo y revolución en Hobbes, Spinoza y Rousseau de Edgar Garavito...

"Existe, sin embargo, una tercera posición que se caracteriza por su relación inmediata con el afuera. Es la posición del nómade que viaja al "aire libre" -como lo explica Gilles Deleuze- aunque para viajar no tenga que moverse de su sitio. Se diferencia de los revolucionarios en que no quiere re-codificar el interior sino que más bien quiere escapar a todo código, pero no para caer en la pasividad del "último hombre" frente al cual Nietzsche, el gran nómade de nuestro tiempo, afirmó su diferencia. Por el contrario, se trata, como lo hicieron Nietzsche o Kafka, de atravesar el padre, de corroer las murallas estatutarias, de producir silenciosamente una línea de fractura al conocimiento de la conciencia ligada a la razón despótica y, sobre todo, de producir acontecimientos no codificables. Una tarea para hacer con diapasón, con el martillo nitzscheano, con el sigilo y el cuidado del artista, y que se convierte imperceptiblemente en una máquina de guerra. Porque no basta para ser nómade girar respecto a un punto central despótico de manera que por girar alrededor de él se instituya el plano estatutario como totalizador. Para ser nómade hay que provocar genealogías descodificadoras, como si desde fuera de los estatutos se cruzaran todas las dimensiones geométricamente pensables y como si una productividad nacida de un abismo anulara todas las redistribuciones despóticas del espacio.".

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