viernes, 9 de abril de 2010

De Terresident...

¿Qué ocurre si hemos de querer que algo adquirido culturalmente a partir de nuestros compatriotas puede ser asimismo benéficamente infeccioso? ¡Podríamos contaminarnos con patógenos cerebrales alevosos sólo por hablar con los demás! Efectivamente, mediante la conversación, podrían transmitirse ideas de un cerebro a otro, replicándose dentro de nuestra cabeza...Ánimo profes, esta es la que hay que ganar!...

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