"Abramos con una frase célebre, dicha por un aviador alemán que luego alcanzó reconocimiento mundial en el circuito de museos y galerías: "Todo hombre es un artista". En Medellín no todos son músicos, pero las nuevas herramientas tecnológicas han hecho que la definición de "músico" se amplíe, se modifique drásticamente.
Desde el siglo pasado especialmente, manifestaciones de la cultura popular han evidenciado que esa definición dejó de estar suscrita a la formación académica; las máquinas han permitido que sea más fácil para nosotros convertirnos en manipuladores de sonidos; recursos parasitarios como la cita y la apropiación, presentes en las artes plásticas, tomaron sin titubeos su lugar en la música.
Pero a pesar de esta campante y campeante democratización de la creación musical y la difusión de sus producciones, el fenómeno de la marginalidad es irreductible. De hecho, han aumentado exponencialmente las vías para la experimentación sonora...".
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