De Carlos Másmela Arroyave...
"En los capítulos uno y dos del libro primero de la "metafísica" Aristóteles expone la acepción de filosofía como amor a la sabiduría. Su comienzo reza: "Todos los hombres desean por naturaleza saber". Los hombres aspiran a lo más en saber, a un saber que por su naturaleza divina jamás podrán poseer en sí. La sabiduría les es inasumible. Sólo el anhelo a la sabiduría puede estar a su servicio.
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La búsqueda de lo más en saber es por mor del saber mismo y no por resultados de la utilidad de algo determinado. Este saber no puede ponerse al servicio del obrar ni está destinado originariamente a la realización de cosas concretas. Al hombre compete un más en saber, independientemente de su utilidad o realización, desea un más, y lo más en saber. De ahí su anhelo en procura de él, de ahí su insatisfacción y su inquietud. El saber mismo es lo que realmente interesa en el saber.
El saber por mor del saber mismo suena algo romántico y como tal sin asidero alguno. Igualmente, da la impresión de ser un saber que nos libra de cualquier compromiso. Pero en realidad, en el fondo se trata de una aspiración en la que se huye de un no saber. "Para escapar del no saber filosofaron". Un saber que se busca por sí mismo, y no por mor de otra cosa, es propio del hombre libre, pues así como la ciencia busca y en su búsqueda deviene un ser para sí mismo y no para otro. Por eso no hay mayor compromiso que este saber, que demanda la actividad de una disposición liberadora en la que está en juego nuestra propia existencia."
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