"Con estas firmas, se apunta una vez más a la continuidad de la violencia, a la permanencia de personas armadas en los barrios, al disciplinamiento de la gente y el adoctrinamiento por medio de la fuerza y la autoridad. Este hecho es una muestra más de los caminos errados para la paz; ¿puede pensarse una paz en la que la opción del Estado es alzarse en armas?, la respuesta es clara, para la consecución de la paz y la convivencia se requiere de una transformación cultural que permita cambiar los valores por medio de los cuales las personas se relacionan, es necesario acabar con la violencia estructural que mantiene el mismo Estado, es necesario asumir el riesgo de la libertad y del respeto por la diferencia; pero en cambio, campañas como las mencionadas mantendrán a Medellín en el miedo y el terror, además agudizaran la legitimación que la gente tiene de la violencia y la confrontación armada, del control, fortalecerán el temor por el diferente, y lo peor, seguirá sosteniendo las profundas causas del conflicto social.
Llama la atención de manera particular que sean algunas Universidades, las mismas que deberían de defender la democracia y la libertad, de ayudar a la solución del conflicto social, las que hayan promovido y ayudado en la consecución de estas firmas, ¿Qué tipo de sociedad es la que están promoviendo?, ¿por que el consejo de Medellín y los ediles promueven esta campaña?, ¿Cuál es el modelo de democracia al que le apuestan?, ¿por que la personería estaba allí?, creen acaso ¿Que la protección de los derechos humanos se da por medio de la presencia policial?.
No se puede dejar pasar por alto actos como estos sin sentar una voz de descontento en una ciudad blindada o militarizada, sin dejar de mencionar que el camino de la paz es la paz misma, que no hay paz alzada en armas; que el control social, el miedo y el autoritarismo son contrarios a la paz y sus valores, que en lugar de policías necesitamos 1000 defensores de derechos humanos más, mil colegios más, mil universidades más, mil empleos más, mil valores más, mil campañas de respeto, mil movimientos y organizaciones sociales más, mil expresiones culturales más; mil campañas publicitarias, pero de esas que digan ningún ejercito defiende la paz; servicio militar obligatorio... Y mi vida qué?; imagínate una guerra a la que no va nadie; o mejor… colorearse para la vida o uniformarse para la guerra".
Tomado de: http://www2.redjuvenil.org/
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